Washington, DC — «Bendeciré a los que te bendigan, y maldeciré a los que te maldigan».
Para muchos evangélicos en Estados Unidos, este versículo de Génesis 12:3 no es solo una escritura antigua; se ha convertido en un verdadero mandato de política exterior.
Citado en el Capitolio y desde los púlpitos de los escaños conservadores, el texto se utiliza para justificar el apoyo inquebrantable de Estados Unidos a Israel, pese a la separación entre Iglesia y Estado, y para señalar como traición espiritual cualquier postura contraria.
Pero aquí está la realidad: el versículo, que el senador republicano Ted Cruz citó recientemente en un debate televisado con Tucker Carlson, nunca menciona a Israel. De hecho, nunca lo hizo.
Entonces, ¿de dónde surge esa conexión con Israel? ¿Por qué este simple versículo, fuera de cualquier contexto político, se ha vuelto tan central en la cosmovisión de la derecha cristiana estadounidense?.
La Biblia de referencia que cambió el rumbo en 1909
La idea de que Génesis 12:3 se refiere a Israel tiene un origen muy concreto: la Scofield Reference Bible, publicada en 1909. No fue el texto en sí, sino las notas al pie de página de esta Biblia las que hicieron ese salto interpretativo.
Los expertos bíblicos coinciden en que ya en aquel entonces fue una interpretación forzada, y hoy sigue siendo errónea.
“La Scofield Reference Bible, con sus notas y comentarios, fue escrita antes de que el Estado de Israel existiera, así que claramente no puede referirse al Israel moderno”, explica Jonathan Kuttab, cofundador del grupo palestino de derechos humanos Al-Haq, en conversación con TRT World.
Kuttab agrega que estas notas reflejan más bien un pensamiento cristiano sionista que sostiene que el Fin de los Tiempos será precedido por la reunión de los judíos en Palestina y una batalla final, el Armagedón, donde solo unos pocos sobrevivirán y se convertirán al cristianismo.
“De hecho, el sionismo cristiano antecede al sionismo judío, este último un movimiento secular sin significado religioso”, añade.
Kuttab aclara también que "el sionismo cristiano precedió al sionismo judío, siendo este último un movimiento secular sin significado religioso".
Para él, el versículo habla de la "semilla de Abraham", que no se refiere al Israel moderno ni siquiera a los descendientes biológicos de Abraham, sino a "Jesucristo, y a través de él serán bendecidas todas las naciones del mundo".
No está solo en esta interpretación.
El reverendo Donald Wagner, clérigo presbiteriano y veterano analista de Oriente Medio, dice que Génesis 12:3 alude a un pacto con Abraham — no a un Estado político creado en 1948.
"Génesis 12:3 establece que Dios inicia un pacto con Abraham, y se asume que Israel está incluido, pero no es así. Hay cuatro usos de Israel en la Biblia, y ninguno implica o significa un estado moderno" señala Wagner a TRT World.
"En un pacto bíblico, Dios es el iniciador y existen condiciones. Estas se detallan en los primeros cinco libros de la ley, incluyendo el mandamiento de no tener otros dioses que Yahvé o Elohim".
Además, advierte que "los hijos de Abraham están advertidos en varios textos de que si violan el pacto —como matar, robar o idolatrar— pueden perder la tierra. Y así sucede".
Gary Burge, especialista en Nuevo Testamento, subraya que solo un grupo selecto de evangélicos en EE.UU. cree que el versículo se refiere a Israel, y que "existen innumerables errores en ese argumento".
Burge explica: "Esta es una promesa para el contexto inmediato de Abraham con Egipto — sus descendientes debían crear una nación religiosa centrada en un templo. El Israel moderno no cumple con ninguna de estas características".
“Un entendimiento estrecho de la identidad”
Incluso para quienes aplican el versículo a los descendientes de Abraham, la lógica es problemática.
La Torá hace una clara distinción entre las bendiciones de Ismael — padre de los árabes — y su hermano Isaac.
Las bendiciones de Abraham pasan exclusivamente por Isaac y Jacob, quien luego es conocido como Israel. Sin embargo, los profetas del Antiguo y del Nuevo Testamento rechazan esta visión tan limitada.
Burge comenta: "Algunas personas piensan que las promesas y bendiciones siguen líneas étnicas, y por ello creen que hay que ser étnicamente judío para beneficiarse".
Pero añade que "es un argumento étnico, y los profetas del AT y especialmente del NT rechazan esta comprensión estrecha de la identidad".
Por ejemplo, muchos judíos en Israel hoy son de origen asquenazí, incluyendo al primer ministro Benjamin Netanyahu, nacido de padres judíos seculares.
¿Quién fue Scofield y qué implica su referencia?
Cyrus Scofield, el hombre detrás de esta Biblia de referencia que ayudó a fusionar la profecía bíblica con el sionismo moderno, fue una figura compleja y problemática: veterano de guerra con problemas de alcoholismo, abandonó a su esposa e hijos, fue abogado que renunció tras acusaciones de soborno, y estuvo encarcelado por falsificar la firma de su propia hermana.
A pesar de esto, su Biblia de referencia, llena de notas y comentarios no verificados, logró fijar la conexión entre Israel y Génesis en la conciencia evangélica estadounidense.
Jesse Wheeler, director ejecutivo asociado de Friends of Sabeel–North America, una voz cristiana pro Palestina, califica esta influencia como "profundamente problemática."
Wheeler explica a TRT World: "El problema no es tanto la traducción, sino la inclusión de las notas y comentarios de Scofield dentro de las páginas de las escrituras y su elevación casi al nivel de texto sagrado".
El reverendo Wagner coincide: "Esta Biblia de referencia incluye un tipo de teología cristiana fundamentalista llamada dispensacionalismo premilenial".
"Esto implica que Dios favorece al pueblo judío y a un Israel moderno que será escenario de los eventos proféticos finales, como el retorno de Jesús y la batalla final contra el mal y el diablo".
"Pero esto es una invención humana, y no concuerda con los profetas hebreos ni con la vida y enseñanzas de Jesús. De hecho, Jesús rechaza el uso de la Biblia para predecir el futuro, especialmente interpretaciones militares de los últimos días".
Burge añade: "Muy pocos evangélicos usan esta Biblia en EE.UU. Pero el dispensacionalismo cree en la exclusividad étnica de los judíos en el plan de Dios, y estas ideas fueron insertadas en las notas al pie".
Para Kuttab, la mala interpretación del versículo tiene motivaciones políticas más que religiosas.
"Quienes excluyen no sólo a árabes sino también a cristianos del rótulo de 'hijos de Abraham' lo hacen por razones políticas que no tienen nada que ver con teología o religión" concluye.