Cada mañana en Gaza, cientos de personas, la mayoría niños, hacen fila en cocinas solidarias buscando algo de comida y muchos de ellos vuelven con las manos vacías. Tras perder a su padre bajo los bombardeos israelíes, Yusef al Najar, de 10 años, es el encargado en su familia de llevar algo de alimento a casa. Desde que Tel Aviv impuso un bloqueo total al ingreso de ayuda humanitaria al enclave el pasado 2 de marzo, el hambre se ha intensificado, al punto que el Programa Mundial de Alimentos de la ONU ya agotó sus reservas.
“Volver a casa con las manos vacías duele más que el hambre”, se lamenta Yusef. La escena que él vive a diario refleja una crisis humanitaria que se extiende por toda Gaza. Mientras miles de familias luchan cada día por sobrevivir sin acceso a alimentos básicos, la comunidad internacional sigue alzando la voz ante lo que muchos califican como un uso sistemático del hambre como instrumento de guerra.
El hambre como arma de guerra
“No faltan las bombas cayendo sobre Gaza, pero hay una escasez impuesta de todo lo demás”, denunció el embajador palestino ante la ONU, Riyad Mansour, durante una sesión del Consejo de Seguridad en Nueva York. Y agregó: “(Los palestinos) están en una prisión donde son asesinados y sometidos a la hambruna día tras día tras día”.
Por eso, Mansour hizo un llamado a los Estados miembros para tomar medidas frente a la colonización mediante asentamientos, los desplazamientos forzosos y la anexión de territorios palestinos. Reiteró la necesidad de que más países reconozcan al Estado de Palestina y condenó la inacción internacional: “Nuestro mayor temor es que el mundo se esté acostumbrando a semejantes horrores”.
Mansour también denunció la negativa de Israel a permitirle el ingreso a Cisjordania ocupada para participar en el Consejo Central Palestino, tras haber sido retenido durante cinco horas. Cualquier reconstrucción de Gaza, advirtió, debe incluir un gobierno de transición bajo control de la Autoridad Palestina, sin desplazamiento adicional de la población.
La acusación de Sudáfrica en La Haya
Desde la Corte Internacional de Justicia (CIJ), Sudáfrica acusó a Israel de violar el derecho internacional al utilizar la hambruna como herramienta de guerra en los territorios ocupados. "Israel ha perfeccionado el control sobre el sufrimiento y la muerte mediante los sistemas alimentarios", declaró Jaymion Hendricks, representante de Sudáfrica ante la corte. Y añadió que la comunidad internacional debe intervenir para garantizar la entrega de ayuda humanitaria sin restricciones.
Sudáfrica también exigió a Israel que revierta su decisión de expulsar a la Agencia de la ONU para los Refugiados Palestinos (UNRWA) y otros organismos de las Naciones Unidas, señalando que la obstrucción a estas agencias agrava la catástrofe humanitaria. El embajador sudafricano instó a las naciones a no apoyar actos ilícitos como la prohibición de UNRWA y a abstenerse de suministrar armas al gobierno israelí.
El diagnóstico de Zane Dangor, jefe de diplomacia sudafricana, fue aún más demoledor: “El sistema de ayuda humanitaria está al borde del colapso total. Y ese colapso ha sido diseñado deliberadamente”.
América Latina responde en la CIJ
Diversos países latinoamericanos respaldaron las denuncias contra Israel durante las audiencias públicas que se realizan en la CIJ sobre el bloqueo de Tel Aviv a la ayuda humanitaria en Gaza. Colombia, a través de su representante Mauricio Jaramillo Jassir, afirmó que Israel viola su deber al impedir el acceso a servicios básicos y asistencia básica. También advirtió sobre la gravedad de atacar o destruir bienes esenciales para la supervivencia de la población civil y condenó las restricciones impuestas a UNRWA.
Bolivia calificó las acciones israelíes como “coloniales y genocidas”, señalando que la ocupación ilegal, reconocida por la CIJ, se ha traducido en “una devastadora pérdida de vidas, destrucción generalizada y la obstrucción sistemática de la ayuda esencial”. Su representante, Roberto Calzadilla Sarmiento, solicitó una opinión consultiva para aportar claridad jurídica a la cuestión palestina.
Brasil, por su parte, consideró que, ante el colapso humanitario en Gaza, la opinión de la CIJ es “urgente y necesaria”. El diplomático brasileño Marcelo Viegas llamó “inaceptables” los obstáculos físicos impuestos por Israel, como el cierre de fronteras y la negación de reingreso. Reiteró el derecho inalienable del pueblo palestino a un Estado soberano independiente y llamó a Israel a cumplir con sus obligaciones bajo el derecho internacional.
El representante chileno, Claudio Troncoso Repetto, subrayó que la cuestión planteada ante la corte “es vital para la vigencia del derecho internacional y la legitimidad de las instituciones multilaterales”. Valeria Chiappini, también representando a Chile, añadió que los Estados miembros no pueden tomar acciones unilaterales contra los privilegios e inmunidades de la ONU, y pidió respeto a su independencia operativa.
España exige respetar el derecho humanitario
España también intervino ante la CIJ para denunciar que impedir la labor de organismos de la ONU en los territorios palestinos ocupados constituye una violación del derecho internacional y del derecho a la autodeterminación. La representante española, María Femenia, afirmó que Israel, como potencia ocupante, está obligada a respetar la independencia de la ONU y a colaborar con sus agencias, incluida la UNRWA.
Femenia sostuvo que las recientes medidas adoptadas por Israel, que bloquean el trabajo humanitario en Gaza, son incompatibles con sus obligaciones legales bajo el derecho internacional humanitario y la Carta de las Naciones Unidas. Añadió que Israel debe garantizar las necesidades básicas de la población civil y facilitar el ingreso de ayuda, conforme a la Cuarta Convención de Ginebra.
Más de 52.300 muertos y un enclave asediado
Durante el debate abierto del Consejo de Seguridad sobre Palestina, el secretario general de la ONU, António Guterres, condenó el bloqueo israelí a la ayuda humanitaria y expresó su alarma ante declaraciones de funcionarios israelíes que sugieren utilizar la ayuda humanitaria como estrategia militar. “La ayuda no es negociable”, afirmó Guterres, exigiendo a Tel Aviv que proteja a la población civil y permita el ingreso de suministros vitales.
El secretario general de la ONU advirtió que la situación en Gaza es cada vez más desesperante y denunció que la ruptura del alto el fuego del 18 de marzo no sólo impidió la liberación de rehenes, sino también el acceso a asistencia clave para salvar vidas. Alertó que la solución de dos Estados corre el riesgo de desaparecer por completo y pidió a los líderes del mundo actuar con decisión.
También expresó su preocupación por las operaciones israelíes en Cisjordania ocupada y Jerusalén Este, que “alteran dramáticamente las realidades demográficas y geográficas”, y denunció niveles alarmantes de violencia de colonos y desplazamiento forzado. Reiteró su llamado a un alto el fuego permanente, la liberación inmediata de rehenes y el respeto irrestricto al derecho internacional.
Desde el inicio de la ofensiva israelí en octubre de 2023, más de 52.300 palestinos han sido asesinados en Gaza, la mayoría mujeres y niños. La reanudación de los ataques por parte del ejército israelí el pasado 18 de marzo, tras el colapso del alto el fuego con Hamás, agravó una crisis ya devastadora.
La Corte Penal Internacional emitió órdenes de arresto contra el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, y su exministro de Defensa Yoav Gallant, por crímenes de guerra y crímenes de lesa humanidad cometidos en Gaza. Israel también enfrenta un proceso por genocidio ante la Corte Internacional de Justicia.
Mientras tanto, en medio del caos, niños como Yusef siguen luchando cada día por conseguir algo de comida para llevar a casa.