La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, y su homólogo de Estados Unidos, Donald Trump, coincidieron en seguir buscando alternativas para equilibrar la balanza comercial entre ambos países, aunque aún no se ha alcanzado un acuerdo concreto sobre los aranceles.
La mandataria conversó con Trump por teléfono a dos días de que entren en vigor los impuestos aduaneros del 25% sobre los componentes para la fabricación de automóviles, un sector clave para la economía mexicana y pilar del T-MEC, el acuerdo de libre comercio con Estados Unidos y Canadá.
"Aunque no hay un acuerdo específico, lo importante es que estamos trabajando en ello", afirmó la mandataria durante su habitual rueda de prensa matutina, tras la conversación con el presidente estadounidense. Según Sheinbaum, la llamada, que duró entre 10 y 15 minutos, fue “muy cordial” y representa una “buena señal” para fortalecer la relación bilateral en el marco del T-MEC.
El gobierno mexicano ha conseguido aliviar en parte el impacto de los aranceles en comparación con otros países. Los gravámenes no se aplicarán a los bienes exportados bajo las normas del T-MEC, aunque sí afectará a los sectores automotriz y siderúrgico.
"Queremos todavía una mejor condición para la industria automotriz y de acero y aluminio", indicó Sheinbaum. México enfrenta un impacto considerable por los aranceles, ya que cerca del 80% de sus exportaciones tienen como destino Estados Unidos, su principal socio comercial.
Déficit comercial
Uno de los principales argumentos de Trump para imponer los aranceles es la necesidad de equilibrar la balanza comercial. Según el departamento de Comercio estadounidense, en 2024 el déficit comercial de Estados Unidos con México aumentó un 12,7% hasta los 172.000 millones de dólares.
En "lo que está muy interesado el Gobierno de Estados Unidos es en disminuir el déficit con México. Desde hace tiempo hemos estado planteando (...) cómo se puede comprar más a Estados Unidos", detalló la presidenta.
Sheinbaum detalló que en los próximos días se realizarán conversaciones entre los secretarios de Economía y Hacienda por parte de México, y sus homólogos de Comercio y Tesoro en Estados Unidos.
El gobierno mexicano mantiene un diálogo constante con el equipo de Trump para reducir el impacto de la ofensiva arancelaria, que afecta a numerosos países y bloques comerciales. Además de su argumento sobre la necesidad de mejorar la balanza comercial, previamente el mandatario estadounidense ha advertido sobre la posibilidad de imponer nuevos aranceles si México no toma medidas más estrictas para frenar el ingreso de drogas, especialmente el fentanilo, y de migrantes indocumentados a través de sus fronteras.
El martes, Trump anunció nuevas disposiciones que alivian parcialmente los aranceles al sector automotor, lo que el miércoles fue descrito por Sheinbaum como "avance" para México. Según el decreto presidencial, el impuesto aduanero del 25% para vehículos importados no se sumará al 25% aplicado al acero o al aluminio. Además, se concedió un período de gracia de dos años a la industria para trasladar sus cadenas de suministro a territorio estadounidense.
Asimismo, los fabricantes que paguen el 25% de aranceles por piezas importadas utilizadas en vehículos producidos y vendidos dentro de Estados Unidos podrán recuperar una parte del monto pagado.