Israel lanzó una serie de ataques aéreos en Siria esta semana, alegando que estaban destinados a proteger a los drusos, una comunidad de habla árabe presente en Siria, Líbano, Israel y el territorio sirio de los Altos del Golán, que Tel Aviv ocupa ilegalmente desde 1967.
Israel bombardeó fuerzas sirias en Suwayda, una zona de mayoría drusa en Siria, prometiendo proteger a la comunidad en medio de enfrentamientos entre milicias drusas y tribus beduinas. En el proceso, Israel mató a más de 30 sirios e hirió a casi 100, lo que provocó una fuerte condena generalizada.
“La idea de que Israel quiere proteger a los drusos o que está genuinamente preocupado por su situación en Siria no es realista”, afirma Tuba Yildiz, académica y analista de política de Oriente Medio, en declaraciones a TRT World.
Los ataques israelíes en Suwayda y Daraa, zonas de mayoría drusa en Siria, forman parte del intento de Tel Aviv de establecer una zona de amortiguamiento en el sur de Siria, señala Yildiz. Estos ataques deben entenderse en el contexto de un plan similar de Israel para despoblar el sur del Líbano, donde Tel Aviv ocupa ilegalmente cinco áreas, supuestamente para mantener alejadas a las fuerzas hostiles.
“Como comunidad, los drusos tienden a experimentar crisis de identidad y ansiedad existencial cuando surge una estructura estatal frágil”, añade Yildiz. También señala que la incapacidad de la estructura militar del recién formado gobierno sirio para consolidar plenamente el control está fortaleciendo la posición de Hikmat al-Hijri, un líder druso en Sweida con doble discurso, que pasó de ser una figura religiosa asociada con el Eje de la Resistencia de Irán a declarar que “Israel no es el enemigo”.
La gran mayoría de los líderes espirituales drusos en Siria han rechazado públicamente cualquier integración con Israel.
A comienzos de este año, un gran número de manifestantes drusos se reunió en la Plaza Seyouf de Yaramana, un suburbio de Damasco, para denunciar las declaraciones del primer ministro israelí Benjamin Netanyahu, quien advirtió al nuevo ejército sirio contra cualquier avance hacia el sur de Damasco.
Según Omer Ozkizilcik, investigador asociado del Atlantic Council, Israel afirma que protege a la comunidad drusa de una amenaza que no existe.
Una larga historia de discriminación
La aparente preocupación de Israel por el bienestar de los drusos sirios contrasta con la prolongada historia de discriminación que esta misma comunidad ha sufrido en los Altos del Golán ocupados.
Los drusos constituyen aproximadamente la mitad de las 50.000 personas que viven en el territorio sirio ocupado por Tel Aviv, mientras que la otra mitad son colonos israelíes. Los drusos representan el 1,6% de la población de Israel y practican una fe particular considerada una rama del islam chiíta.
El líder druso Saeed Nafaa, quien anteriormente se desempeñó como parlamentario druso en Israel, afirma que Israel está utilizando a su comunidad “como un peón para redibujar el mapa” de Oriente Medio y “apropiarse de más tierras para sí mismo”.
Si bien los drusos que viven en Israel son citados con frecuencia como una minoría relativamente integrada, sus malas condiciones de vida cuentan otra historia. La mayoría de los drusos del Golán se identifican como sirios y han rechazado históricamente la ciudadanía israelí, manteniendo en su lugar un estatus de residentes permanentes.
Este rechazo se debe a la convicción de que el Golán es legítimamente sirio, a la expectativa de su eventual devolución a Siria y a la negativa de servir en el ejército israelí. Los críticos argumentan que las políticas de Israel han intentado asimilar a los drusos en la sociedad israelí mientras suprimen su identidad siria.
El establecimiento de una zona desmilitarizada y las restricciones de viaje entre los Altos del Golán ocupados y Siria han dividido a familias, muchas de las cuales no pueden visitar a sus parientes al otro lado de la frontera.
La “Colina de los Gritos” cerca de Majdal Shams se ha convertido en un lugar simbólico donde familias separadas se comunican a gritos. Las novias drusas que cruzan a Siria para casarse enfrentan una separación permanente de sus familias en el Golán, ya que a menudo no pueden regresar.
Las elecciones municipales de 2018 en los Altos del Golán ocupados fueron polémicas, con líderes religiosos drusos llamando al boicot por temor a que significara aceptar la autoridad israelí.
La Ley del Estado-Nación judío de 2018, que definió a Israel como el estado-nación del pueblo judío, fue duramente criticada por los drusos tanto en Israel como en el Golán por marginar a las minorías.
Los drusos de los Altos del Golán, junto con los drusos israelíes, protestaron en Tel Aviv argumentando que la ley los relegaba a una condición de segunda clase al priorizar la identidad judía y degradar el estatus oficial del árabe.
Los drusos como herramienta de control
Yildiz afirma que los drusos sirios son conscientes de que Israel quiere controlar Siria a través de ellos. Esta es la razón por la que los drusos sirios, con la excepción de Al-Hijri y su grupo, no desean la llamada protección de Israel, añade.
“Independientemente de las circunstancias, los drusos siguen siendo una comunidad leal a la identidad siria y árabe”, asegura Yildiz.
Por ahora, los drusos están respondiendo a la agresión israelí de forma “silenciosa”, dado el número significativo de pérdidas que la comunidad ha sufrido en los enfrentamientos recientes.
“Si el gobierno sirio logra establecer la estabilidad necesaria, los drusos podrían oponerse a Israel de manera más enérgica”, concluye.