El sistema de salud en Gaza se encuentra al borde del colapso total: los hospitales que aún funcionan se enfrentan a una inminente paralización por la falta de combustible, suministros médicos y acceso humanitario. Al devastador bloqueo de Israel en los cruces fronterizos se suma una ofensiva militar cada vez más intensa.
El Ministerio de Salud de Gaza encendió las alarmas este domingo al reportar las reservas de combustible en los hospitales del enclave solo alcanzarán para tres días más de funcionamiento.
Un comunicado del ministerio denunció que “la ocupación israelí está impidiendo que las organizaciones internacionales y de la ONU accedan a las zonas de almacenamiento de combustible destinadas a los hospitales, bajo el pretexto de que dichas áreas se encuentran en ‘zonas rojas’”.
La electricidad en Gaza depende casi por completo de generadores, ya que la red eléctrica local colapsó tras más de año y medio de incesantes bombardeos israelíes. Esta situación ha convertido al combustible en un recurso vital para el funcionamiento de unidades de cuidados intensivos, quirófanos y otros departamentos esenciales.
“El bloqueo del suministro de combustible representa una amenaza directa para el funcionamiento de los hospitales”, subrayó el ministerio. La advertencia fue clara: hay riesgo una suspensión total de los servicios médicos.
UNRWA denuncia sistema de salud colapsado
La Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados Palestinos (UNRWA) también alertó este domingo sobre el estado crítico de sus servicios médicos en Gaza. En un comunicado, la agencia denunció una “grave escasez de recursos” a causa del asedio israelí y del genocidio en curso. Según la UNRWA, “casi un tercio de los suministros esenciales están agotados y otro tercio se agotará en menos de dos meses”.
A pesar del colapso, la UNRWA sigue siendo uno de los principales proveedores de atención médica en el enclave. Sin embargo, el organismo reconoce que sus servicios “carecen críticamente de recursos” para seguir operando bajo las actuales condiciones.
El comisionado general de la agencia, Philippe Lazzarini, subrayó previamente que el asedio israelí “matará silenciosamente a más niños y mujeres, además de los ya asesinados por los bombardeos”.
“Una etapa avanzada de hambruna”
El bloqueo impuesto por Israel a comienzos de marzo selló los pasos fronterizos de Gaza, impidiendo la entrada de alimentos, ayuda médica y bienes básicos. Esta restricción ha profundizado el colapso del sistema del sistema y ha llevado a una situación humanitaria “inimaginable”, según palabras de la propia UNRWA.
En su declaración del domingo, la agencia advirtió que el cerco total, que ya entra en su novena semana, “debe ser detenido con un esfuerzo internacional concertado para evitar que esta catástrofe humanitaria alcance un nivel nunca antes visto”.
El director de la Oficina de Prensa de Gaza, Ismail Al-Thawabta, declaró a la agencia turca Anadolu que el enclave ha entrado en “una etapa avanzada de hambruna” debido al cierre continuado de los cruces fronterizos desde el pasado 2 de marzo.
Según indicó, más del 90% de la población ha sido desplazada, muchos en múltiples ocasiones, y se encuentra viviendo en refugios sobrepoblados o expuesta a la intemperie, una situación que ha facilitado la propagación de enfermedades y epidemias.
Israel aprueba intensificación de la ofensiva
Mientras la situación sanitaria y humanitaria en Gaza alcanza niveles catastróficos, el gobierno israelí dio luz verde a una escalada militar. Según informó la emisora pública israelí KAN, el gabinete de seguridad del primer ministro Benjamín Netanyahu aprobó una expansión gradual de la ofensiva en el territorio palestino.
El jefe del Estado Mayor del ejército israelí, teniente general Eyal Zamir, confirmó que ya se han emitido decenas de miles de órdenes de movilización para reservistas, con el objetivo de intensificar la ofensiva. Esta declaración se produjo el mismo domingo en que Netanyahu publicó un video en X anunciando la convocatoria de su gabinete para discutir “la siguiente fase” de las operaciones en Gaza.
Víctimas en aumento
A medida que Israel intensifica su ofensiva militar, la cifra de víctimas palestinas continúa creciendo de forma alarmante. Desde el inicio de los ataques en octubre de 2023, más de 52.500 palestinos han sido asesinados, en su mayoría mujeres y niños, según datos respaldados por fuentes humanitarias y gubernamentales. La magnitud de esta tragedia humanitaria no tiene precedentes en la historia reciente del enclave.
Los hospitales, al borde del cierre total, operan sin capacidad ni recursos para atender a los heridos o contener brotes epidémicos entre una población desplazada y hacinada. La ayuda humanitaria no logra entrar y los suministros esenciales se agotan rápidamente. Cada hora que pasa sin que se levante el bloqueo agrava una catástrofe que continúa cobrándose vidas inocentes.
Ante este panorama devastador, la UNRWA ha reiterado su llamado urgente a un alto el fuego inmediato. “No se puede permitir que esta catástrofe continúe escalando”, advirtió la agencia, que ha quedado como uno de los últimos pilares de atención médica y asistencia humanitaria en el Gaza.
También advirtió que de permitirse el colapso total sistema hospitalario en el enclave, esto provocaría un aumento exponencial de muertes evitables por causas indirectas del conflicto, como infecciones no tratadas, desnutrición severa y enfermedades prevenibles.
La comunidad internacional enfrenta un momento decisivo: detener una tragedia que, con cada día que pasa, profundiza el sufrimiento de una población asediada, hambrienta y sin acceso a atención médica básica. Mientras tanto, los bombardeos no cesan.
La Corte Penal Internacional emitió órdenes de arresto en noviembre pasado contra Netanyahu, y su exministro de Defensa Yoav Gallant, por crímenes de guerra y crímenes de lesa humanidad en Gaza.
Israel también enfrenta un proceso por genocidio ante la Corte Internacional de Justicia por su genocidio contra el territorio.

La situación para los periodistas en Gaza y Cisjordania ocupada es crítica: además de poner en riesgo su vida todos los días, sufren abusos durante detenciones y una creciente censura. Este es el sombrío panorama.