Es refugiado sirio y encabeza en Türkiye un proyecto para preservar el legado cultural de su país
TÜRKİYE
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Es refugiado sirio y encabeza en Türkiye un proyecto para preservar el legado cultural de su paísIbrahim Maslamani lucha por preservar la música de su país a través de una orquesta multicultural con más de 100 músicos. El sueño de crear un instituto de música siria y un teatro de ópera en Alepo.
Ibrahim Maslamani lidera una orquesta multicultural en Türkiye para preservar la música siria. Las fotos son cortesía de Ibrahim Maslaman / TRT Español
2 de mayo de 2025

En 2012, cuando dejó a sus espaldas Siria, su país natal, con una guerra a cuestas, Ibrahim Maslamani podría haberse desmoronado y maldecido al destino. Podría haber pensado, mientras buscaba asilo en Türkiye, que la vida, aún con menos de 30 años, ya no tenía más sentido. Pero nada de eso sucedió.

En la dificultad, Maslamani encontró fuerzas para iniciar el proyecto de su vida: crear una fundación que dio origen una orquesta que combina música árabe y turca, con más de 100 integrantes. La única en su estilo y de tal magnitud en la historia. Una agrupación que capacita niños, que gira por la región y que estrenó su primer álbum.

Maslamani ya conocía Türkiye. La había visitado dos años antes, para el Festival Internacional del Pistacho de Gaziantep. Allí representó a Siria con su banda musical Nawa, que había fundado en su país en 2009, dos años antes del estallido de la guerra.

 “Vengo de una familia que ama la música”, recuerda a TRT Español Maslamani, un experto en música tradicional siria, en particular los estilos Muwashahat y Qudud de Alepo.

 “Mi padre y mi tío eran cantantes. Y mi hermano también tiene una voz preciosa. Desde niño, estuve relacionado con el mundo de la música. Luego me convertí en percusionista, conservando cientos de obras musicales del patrimonio sirio”.

Para Ibrahim, el tiempo, aun en condiciones difíciles, es oro. En Türkiye –hoy tiene nacionalidad siria y turca– se graduó en dirección cinematográfica en la Universidad de Gaziantep. Luego, realizó un máster en el Instituto de Migración de la universidad.

“Mi decisión fue clara”, evoca, “perseguir en Türkiye conocimientos académicos y profesionales y continuar lo que había empezado en Siria. Esto me condujo a logros posteriores a nivel profesional, artístico y técnico”.

Entre 2012 y 2015, Ibrahim observó que las iniciativas de ayuda para los refugiados sirios se enfocaban principalmente en el socorro y el asilo como consecuencias de la guerra. Pero percibía una falta de atención por la cultura que, con el impacto del exilio y la escalada bélica, había caído también en desgracia como tantos hogares en ruinas.

“En aquel momento, me di cuenta de que había millones de iniciativas para apoyar a las tiendas de campaña y a los refugiados y prestar asistencia a los desplazados”, recuerda, “pero el aspecto cultural estaba completamente desatendido. A la luz de esta realidad, y con el creciente número de sirios en Türkiye, sentí que esta gran presencia merecía ser atendida culturalmente, para preservar la identidad y ofrecer una oportunidad de influencia e interacción mutuas. Era necesario trabajar en la construcción de puentes culturales entre los sirios y los turcos”.

El aliento que une culturas

En 2016, en colaboración con un grupo de intelectuales y artistas sirios y turcos de Gaziantep, Ibrahim fundó Nefes, que en turco significa "aliento" o "respiración", una fundación con el lema “Dos lenguas, un aliento”. La fundación dio luz a una Academia de Música y Arte, que forma a miles de niños y jóvenes de todas las nacionalidades. Y la academia dio luz, a su vez,  a una orquesta multicultural de músicos sirios y turcos, que se reúnen cada semana para intercambiar, ensayar y participar en eventos. El propósito: tender puentes culturales, pero sobre todo preservar el legado musical de su patria. 

“Elegimos ese nombre porque encierra un gran simbolismo”, narra Ibrahim. “Para mí, Nefes representa la identidad, la impresión y el carácter que expresa una sociedad. Nefes (respirar) es lo que hace que una persona esté viva. Mientras hay aliento, hay vida y esperanza. La humanidad sólo necesita un aliento para sentirnos unos a otros, y producir obras que den a la sociedad la capacidad de tomar aliento de nuevo”.

La orquesta ya grabó su primer álbum, Espacios orientales, una fusión única de piezas inspiradas en la herencia árabe, turca y otomana, con toques de música occidental contemporánea. “El álbum refleja cómo el arte puede ser un espacio compartido que expresa simultáneamente diversidad y convergencia”, cuenta Ibrahim, y va por más.

El derecho de los niños al arte

Una de las metas de Nefes es capacitar a las comunidades para ayudarlos a acuñar sus propias herramientas artísticas y culturales. Y así, lograr una expresión creativa de ellos mismos y de su legado cultural.

“Uno de los conceptos centrales de la fundación es promover lo que yo llamo ‘protección cultural de los niños’”, explica Ibrahim. “Es decir, garantizar su derecho a acceder no sólo a la educación en general, un derecho protegido por la Carta de las Naciones Unidas, sino también a la educación artística, dado que las artes no son menos importantes que cualquier otro campo del conocimiento, especialmente en la infancia”.

Un niño con formación académica pero sin acceso a expresarse artísticamente o a reconocer el valor de la cultura a la que pertenece, es un niño condenado a repetir y memorizar. Memorizar y repetir. Una planta con raíces cortadas difícilmente dará frutos.

“Con Nefes también buscamos preservar el patrimonio cultural en riesgo de olvido o pérdida mediante la investigación, documentación, producción y presentación de proyectos y actividades artísticas y culturales contemporáneas inspiradas en este patrimonio y tratándolo como punto de partida hacia nuevos horizontes”, detalla Ibrahim. “El objetivo es construir una escena cultural contemporánea que combine experiencia, conocimiento, identidad y renovación”.

Siria: una sociedad que enriquece las comunidades que la reciben

Con más de 13 años viviendo en Gaziantep, Türkiye, Ibrahim observa que la forma en que se trata la presencia siria ha cambiado en muchos lugares.

“Hoy en día, la sociedad siria enriquece los lugares donde vive, y ya no es simplemente una sociedad necesitada”, advierte. “Tras las transformaciones políticas en Siria de diciembre de 2024, que cambiaron el estatus de muchos sirios de refugiados a inmigrantes que decidieron quedarse por voluntad propia, hoy se ha vuelto central resaltar la identidad cultural siria a través de obras y actividades que presenten nuestra cultura en las comunidades de acogida. Es una responsabilidad que encarna la verdadera presencia cultural de los ciudadanos sirios dondequiera que residan”.

Soñar en voz alta

Si bien su misión principal es preservar y promover la identidad cultural siria a escala internacional, hoy Ibrahim sueña con que la música siria vuele aún más lejos y llegue a todos los niños sirios, ya sea en Oriente Medio, Europa o en lugares tan lejanos como Canadá.

Aspira a crear un instituto de investigación y estudios musicales sirios, y otro instituto superior de música de Alepo, junto a un teatro de ópera en la ciudad. Eslabones esenciales que aspiran a devolver a Alepo su posición como centro musical en todo el mundo. Un tesoro que ninguna guerra le podrá arrebatar jamás. Y que cada sirio revive, a diario, al compás de su propio aliento.

Este artículo fue redactado por Abdul Wakil Cicco y reportado por Mohammad Bashir Aldaher.



 


FUENTE:TRT Español
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