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¿Está el uso excesivo de las redes sociales vinculado a una peor salud? Los investigadores dicen que sí
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¿Está el uso excesivo de las redes sociales vinculado a una peor salud? Los investigadores dicen que sí
Investigadores en los Estados Unidos han medido el uso de redes sociales de 251 estudiantes universitarios de pregrado y su salud, encontrando un vínculo entre un alto uso de redes sociales y una mala salud física.

El uso excesivo de las redes sociales puede desencadenar una inflamación elevada en el cuerpo humano y causar síntomas como dolores de cabeza, dolores en el pecho y la espalda, según reveló una nueva investigación.

Un grupo de investigadores de la Universidad de Buffalo y la Universidad Estatal de Ohio descubrió una correlación entre el uso de redes sociales y una mala salud física.

En un estudio revisado por pares, los investigadores analizaron en estudiantes universitarios los niveles de la proteína C reactiva (PCR), un indicador de inflamación causada por infección. Las cantidades de esta proteína en la sangre también pueden ayudar a diagnosticar enfermedades inflamatorias crónicas o determinar el riesgo de enfermedades cardíacas.

El estudio descubrió que los participantes que usaban redes sociales de manera excesiva tenían niveles más altos de PCR. Además, se observó que cuanto mayor era el uso de redes sociales, más síntomas somáticos —como dolores de cabeza, pecho y espalda— y más consultas a médicos y centros de salud reportaban los participantes.

“El uso de redes sociales se ha convertido en una parte integral de la vida diaria de muchos jóvenes adultos”, comenta David Lee, PhD, autor principal del estudio y profesor asistente de comunicación en la Facultad de Artes y Ciencias de la Universidad de Buffalo. “Es fundamental entender cómo el uso de estas plataformas impacta la salud física”.

En el artículo, publicado en la revista Cyberpsychology, Behavior and Social Networking, los autores citan una encuesta reciente que encontró que “los estadounidenses pasan un promedio de 144 minutos al día en redes sociales, más tiempo del que dedican a hacer ejercicio, socializar directamente con otros o comer”.

Los autores también destacan que la generación Z (quienes nacieron a finales de la década de 1990 y principios de los 2000) utiliza con intensidad las redes sociales, dedicando aproximadamente seis horas al día a enviar mensajes, estar en línea y navegar por las plataformas. También que reportan estar conectados de manera “casi constante.”

Aunque existen numerosos estudios que se centran en el impacto de las redes sociales sobre el bienestar psicológico, los investigadores destacan que hay pocas investigaciones que examinan cómo el uso de estas palaformas se relaciona con la salud física.

“Esto es sorprendente”, escriben, “dado el predominio de las redes sociales en la vida diaria y la estrecha relación entre el bienestar psicológico y la salud física”.

Los investigadores mencionan algunos estudios recientes que han explorado el uso de redes sociales y la salud física, los cuales también sugieren una correlación entre ambos. Sin embargo, estas investigaciones se basaron principalmente en informes con reportes propios o en los efectos del uso de una sola plataforma.

“Nuestro objetivo era ampliar los estudios anteriores examinando cómo el uso de redes sociales en varias plataformas está asociado con resultados de salud física medidos a través de indicadores biológicos, conductuales y de reporte propio”, explica Lee, experto en resultados de salud relacionados con interacciones sociales.

Al preguntarse cómo el uso de redes sociales podría estar asociado con la salud física, los investigadores sugieren que una posibilidad sería a través de la “alteración de los comportamientos de salud”.

Señalan que múltiples estudios sugieren que los altos niveles de uso de redes sociales pueden afectar el sueño, reduciendo tanto la cantidad de horas como la calidad del descanso. Subrayan que, especialmente para quienes usan redes sociales de manera excesiva, el uso “adictivo” de estas plataformas o de teléfonos móviles puede llevar a una “calidad de sueño reducida e insomnio”. Y una menor calidad o cantidad de sueño conduce a una peor salud física, “incluyendo mayores riesgos de enfermedades cardiovasculares, hipertensión y mortalidad prematura”.

Los autores señalan que esta perspectiva se alinea con la hipótesis del desplazamiento, que plantea que “el tiempo dedicado a las redes sociales puede tener efectos perjudiciales desplazar a actividades beneficiosas para el bienestar y la salud, como el sueño, el ejercicio o las interacciones presenciales”.

También está el factor del aumento del estrés que surge con la hiperconectividad. Y entre más estrés hay una peor salud, ya que puede “aumentar el número y la gravedad de los síntomas somáticos, la probabilidad de infecciones y la gravedad de los síntomas tras la exposición a un virus del resfriado, así como la inflamación crónica”.

Por ello, los investigadores formularon la hipótesis de que los altos niveles de uso de redes sociales podrían estar relacionados con una peor salud físicas. Luego, pusieron a prueba estas ideas en estudiantes universitarios, el grupo de edad más activo en redes sociales.

Participaron 251 estudiantes de entre 18 y 24 años, quienes proporcionaron muestras de sangre y completaron cuestionarios sobre su salud física y el uso de redes sociales como Facebook, Twitter, Snapchat e Instagram. Las encuestas se realizaron en 2017, cuando estas eran las plataformas más populares.

Los investigadores también verificaron las respuestas de los estudiantes con otra encuesta que “medía la validez determinando el grado en que los participantes tomaron en serio su participación en el estudio”.

“Pudimos establecer una correlación entre la cantidad de uso de redes sociales y estos indicadores de salud física”, dijo Lee. “Cuanto más usaban las redes sociales los participantes, más síntomas somáticos experimentaban y más visitas al médico reportaban. También mostraron niveles más altos de inflamación crónica”, agregó.

Según Lee, este estudio es solo el comienzo para comprender la relación entre las redes sociales y la salud física.

“Al observar un marcador biológico en la sangre, pudimos encontrar una asociación relativamente más objetiva entre el uso de redes sociales y la salud física, pero este hallazgo correlacional no descarta la posibilidad de que una mala salud influya en el uso de redes sociales”, comenta Lee.

Y añade: “En nuestra investigación previa, encontramos que las personas con alta autoestima se beneficiaban del uso de redes sociales, pero aquellas con baja autoestima no. Por lo tanto, el efecto puede ser más matizado”.

También advirtió que “aún queda trabajo por hacer”. “Pero por ahora, quería dar a conocer que el uso de redes sociales podría estar vinculado a resultados importantes en la salud física”.

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