“La lucha palestina es más importante que mi puesto”: empleada denuncia complicidad Microsoft-Israel
GENOCIDIO EN GAZA
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“La lucha palestina es más importante que mi puesto”: empleada denuncia complicidad Microsoft-IsraelVaniya Agrawal, ingeniera en Microsoft, denunció apoyo del gigante tecnológico a crímenes de guerra en Gaza y fue despedida. “Cualquier sacrificio que pueda hacer en solidaridad vale la pena", revela.
Ex empleada de Microsoft desafía a la cúpula de la empresa por su apoyo a Israel. Fotos cortesía de No Azure for Apartheid / TRT Español
hace 6 horas

"Todo el mundo tiene derecho a vivir con dignidad, seguridad y justicia. Y si yo afirmo defender esos valores, pero permanezco en silencio mientras cobro mi salario a pesar de los vínculos de Microsoft con el genocidio en Palestina, ¿en qué me diferencio de los directores ejecutivos que toman esas decisiones?", reflexiona Vaniya Agrawa, una exempleada del gigante tecnológico, en exclusiva con TRT Español. Su historia le dio la vuelta al mundo cuando denunció, en un evento público, el apoyo de la empresa a Israel durante el genocidio en Gaza.

"Al final, sentí que la lucha por la liberación de Palestina es mucho más importante que mi puesto o mi carrera profesional. Cualquier sacrificio que pueda hacer en solidaridad merece la pena", agrega.

Antes de convertirse en el rostro de la resistencia de los empleados del sector tecnológico, Vaniya, de ascendencia indio-estadounidense, trabajó como ingeniera de software en Microsoft durante más de un año. Había forjado una carrera prometedora en una de las mayores empresas tecnológicas del mundo. 

Sin embargo, las imágenes de madres y niños palestinos comenzaron a atormentar sus jornadas laborales. Se dio cuenta de que la misma infraestructura en la nube que ella contribuía a mantener podía estar facilitando las operaciones militares de Israel en Gaza.

En una audaz acción coordinada, Vaniya se convirtió en la primera persona en desafiar públicamente a la trinidad de líderes de Microsoft —Bill Gates, Satya Nadella y Steve Ballmer—, y marcó un hito al denunciar la complicidad de las grandes tecnológicas en el genocidio y el apartheid israelí.

"¡Qué vergüenza! Son unos hipócritas. 50.000 palestinos han sido asesinados con tecnología de Microsoft. ¡Cómo se atreven! ¡Es una vergüenza celebrar su sangre! ¡Rompan relaciones con Israel!", exclamó antes de ser escoltada fuera de la empresa por unos guardias de seguridad. Dos días después, Microsoft confirmó su despido.

Fue en pleno evento festivo durante la celebración del aniversario número 50 de Microsoft, el pasado 4 de abril, donde Vaniya acudió al evento y exigió la ruptura de vínculos con Israel.

"Recuerdo que el exdirector ejecutivo Ballmer animaba al público a corear '¡50 años más!' durante la celebración del medio siglo de Microsoft", relata Agrawal a TRT Español. "La sala estalló en aplausos y en una especie de nostalgia por el legado de la empresa, pero a mí me impactó la desconexión entre esa celebración y el genocidio que Microsoft está fomentando". 

Pocos minutos antes, otra exempleada de Microsoft, Ibtihal Aboussad, había interrumpido también el discurso de Mustafa Suleyman, director ejecutivo de Microsoft AI, planteando preocupaciones similares.

Esta intervención catapultó a ambos ingenieros de software al centro de la escena, convirtiéndolos en la imagen visible de la campaña "No Azure for Apartheid", el movimiento que organizó esa protesta durante el evento de alto perfil de Microsoft.

Aporte de infraestructura para el ejército israelí

La campaña se fundamentaba en pruebas sólidas: una investigación de la agencia de noticias AP reveló que Microsoft ha proporcionado infraestructura en la nube al ejército israelí mediante un contrato de tres años por 133 millones de dólares.

La campaña va más allá del simple hecho de generar conciencia y exige a Microsoft que adopte cuatro medidas concretas: hacer públicos todos los contratos militares con Israel, desinvertir en proyectos que contribuyan a la ocupación, proteger a los empleados que denuncien estas situaciones y posicionarse públicamente a favor de un alto el fuego permanente en Gaza.

Para Vaniya no se trata simplemente de una cuestión de política empresarial. Representa la resolución de un profundo dilema ético que llevaba meses gestándose en su interior.

“Había una clara doble moral”

La implicación de Agrawal en la defensa de los derechos del pueblo palestino comenzó mucho antes de su enfrentamiento con la cúpula de Microsoft. 

A través de una estrecha amistad con una mujer casada con un palestino que había perdido a 70 familiares en Gaza, tomó conciencia de los "profundos sesgos en los principales medios de comunicación occidentales y las agendas imperialistas que moldean las historias que nos cuentan".

"Mi mejor amiga fue quien primero me ayudó a entender cómo las comunidades marginadas suelen sufrir las consecuencias de estos sistemas, y cómo, entre ellas, se encuentra la lucha del pueblo palestino por la libertad y la liberación", explica.

Sin embargo, no fue hasta la escalada de violencia iniciada el 7 de octubre de 2023 que comenzó, junto con innumerables personas en todo el mundo, a comprender el impacto devastador del sionismo. "Nunca olvidaré los vídeos que vi desde Gaza durante esas primeras semanas", recuerda Agrawal. 

Estaba furiosa con nuestros líderes, con los sistemas que seguían alimentando esta violencia. Pero, sobre todo, sentía una responsabilidad. No podía permanecer en silencio.

Discrimnación por ser árabe

Esa responsabilidad se materializó, en un primer momento, en la decisión de Vaniya de protestar frente a Microsoft. Al principio, se contuvo, tras haber sido testigo de cómo respondía la empresa a las muestras de disidencia interna.

"Había una doble vara de medir evidente: a los empleados israelíes se les ofrecía espacio y apoyo para expresar sus opiniones, mientras que los empleados árabes, palestinos, musulmanes y otros aliados eran con frecuencia ignorados, silenciados o incluso castigados por hacer lo mismo", denuncia.

Este punto ciego institucional no existe solo en Microsoft. Movimientos de empleados similares en Google han reportado experiencias parecidas.

Según Agrawal, Microsoft respondió a las objeciones internas de los empleados propalestinos con un "patrón inquietante": evitaba abordar sus preocupaciones durante las reuniones generales y en las sesiones de "Pregúntame cualquier cosa". Sus comentarios han sido eliminados de las transmisiones en vivo.

En enfrentamientos más directos, manifestantes pacíficos han sido expulsados ​​de asambleas públicas sin previo aviso. En algunos casos, empleados fueron despedidos por alzar la voz.

"En lugar de abrir espacios para el diálogo o asumir responsabilidades, Microsoft ha optado por reprimir y silenciar. Y ese silencio dice mucho", afirma Vaniya.

La negativa de la empresa a atender las preocupaciones de sus empleados la llevó a manifestarse públicamente. "No me sentía cómoda alzando la voz dentro de la empresa si no estaba completamente dispuesta a arriesgar mi trabajo o incluso a renunciar a él", añadió.

Amenazas y mensajes despectivos

Además de afectar a su carrera profesional, la postura de Vaniya contra Microsoft también le ha representado pérdidas económicas. Denunció haber recibido mensajes despectivos y amenazas a través de internet.

"Sin duda, he recibido críticas en redes sociales, principalmente de nacionalistas hindúes que discrepan profundamente de mi postura sobre Palestina", declara.

Para Vaniya, esta reacción negativa representa más que un desacuerdo aislado. Refleja “una dinámica política” más amplia entre Israel e India, su segundo hogar.

Esta conexión se ha hecho cada vez más visible en línea, donde cuentas de la derecha india se han convertido en los principales difusores de noticias falsas antipalestinas y muestran un firme apoyo a Israel en las redes sociales.

Los paralelismos entre las políticas de ambos países van más allá de la retórica en internet. Como profesional del sector tecnológico, Vaniya ve similitudes especialmente preocupantes en el hecho de que ambos gobiernos utilizan tecnología avanzada (vigilancia, drones y sistemas biométricos) para imponer la ocupación, “controlar y subyugar a las comunidades oprimidas.” 

"La ocupación de Cachemira por parte de la India y la ocupación de Palestina por parte de Israel comparten tácticas comunes de militarización, represión y negación de los derechos fundamentales de las poblaciones indígenas", afirma Agrawal.

"Esta coincidencia de tácticas no hace más que reforzar la importancia de mi postura, ya que no se trata sólo de oponerse a una ocupación concreta, sino de reconocer los patrones globales de violencia estatal que deben ser combatidos en cualquier parte del mundo".

Hipocresía de los medios occidentales

Según Vaniya, los medios de comunicación occidentales han ignorado o minimizado la relevancia de la disidencia interna de los empleados de Microsoft respecto a los contratos de la empresa con el ejército israelí.

"Cuando conseguimos cobertura mediática, a menudo se nos despoja del contexto político o se presentan nuestras acciones de una manera que minimiza nuestras reivindicaciones. Rara vez se utiliza la palabra 'genocidio', incluso cuando es exactamente eso contra lo que protestamos los empleados", afirma Vaniya.

"Pocas veces se ven titulares que dejen en claro que estamos denunciando una complicidad directa en crímenes de guerra o en el colonialismo de asentamiento. En su lugar, la atención suele centrarse en la 'controversia' de nuestras acciones o en la supuesta alteración de la normalidad", añade.

Aunque la solidaridad con Palestina está profundamente arraigada en el derecho internacional y en los principios fundamentales de los derechos humanos, Vaniya considera que existe una tendencia en los medios occidentales a presentar dicha solidaridad como "marginal, radical o, de algún modo, menos legítima que otros movimientos".

Un llamado a un cambio en toda la industria

El genocidio israelí contra Gaza, facilitado por Estados Unidos, ha matado a más de 52.000 palestinos. Además, está acelerando el régimen de colonialismo y apartheid israelí, que lleva ya décadas en marcha.

En medio de este impacto devastador, muchas empresas tecnológicas estadounidenses han mantenido e incluso ampliado sus relaciones con el ejército israelí, suministrando inteligencia artificial avanzada y servicios informáticos.

Una investigación de AP reveló que el uso de la inteligencia artificial de Microsoft y OpenAI por parte del ejército israelí se disparó drásticamente el pasado marzo, alcanzando niveles casi 200 veces superiores a los observados en la semana previa al 7 de octubre de 2023.

"Los principales actores del sector, desde los proveedores de servicios en la nube hasta las empresas de inteligencia artificial, se están convirtiendo cada vez más en una extensión del complejo militar-industrial estadounidense", declara Vaniya.

"Los gigantes tecnológicos proporcionan la infraestructura y la tecnología que alimentan la vigilancia, los ataques con drones, los sistemas de armamento y las operaciones militares que perpetúan la violencia en todo el mundo".

Al desarrollar estas herramientas que hacen posibles dichas acciones, Vaniya señala no solo la complicidad de empresas como Microsoft, Amazon y Google, sino también el hecho de que se benefician activamente de ellas.

Para Vaniya, los trabajadores del sector tecnológico no pueden permitir que el gobierno estadounidense "convierta a la industria tecnológica en un socio de la guerra".

"No podemos permitir que las empresas tecnológicas traten su implicación en la militarización como una mera decisión comercial", añade. "Si no las obligamos a rendir cuentas, seguirán lucrándose con la guerra".

Vaniya, ahora desempleada, aboga por un cambio estructural en toda la industria, y está convencida de que los trabajadores tecnológicos tienen tanto el poder como la responsabilidad de garantizar que su trabajo no facilite operaciones que consideran éticamente inaceptables.

Mediante una resistencia organizada, cree que los empleados pueden forzar a las empresas a reconsiderar sus colaboraciones militares.

"Ya sea alzar la voz dentro de la empresa, mantener conversaciones difíciles con compañeros, apoyar campañas de boicot, unirse a iniciativas de base o presionar a su empresa para que rompa contratos con regímenes de apartheid", alienta ella. “Cada acción cuenta”.


FUENTE:TRT Español
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