ºImagina un mundo donde los humanos puedan cultivar alimentos en la Luna o incluso en Marte. Parece ciencia ficción, pero poco a poco se está convirtiendo en una realidad. En este episodio exploraremos un descubrimiento revolucionario que podría ayudar a los humanos a vivir y a cultivar alimentos en otros planetas.
Científicos turcos realizan experimentos tanto en la Tierra como en el espacio con una planta llamada Schrenkiella parvula. Esta planta podría ser clave para cultivar alimentos en el espacio. Vamos a descubrir cómo.
El profesor Özgür Uzilday, quien lidera la investigación, dice que la supervivencia humana depende de las plantas. Ellas proporcionan oxígeno y alimentos, dos elementos sin los que es imposible vivir. Pero si queremos habitar otros planetas, tenemos un gran problema: el suelo, conocido como “regolito”. Este es el tipo de suelo que se encuentra en el espacio. Es completamente diferente al suelo de la Tierra. Es tóxico y estéril, lleno de sales y metales dañinos.
Özgür explica que las capas superiores del regolito son demasiado densas para que las plantas que consumimos puedan echar raíces allí. Además, el regolito no retiene el agua como lo hace el suelo terrestre. Y dado que transportar agua desde la Tierra sería muy costoso, necesitamos encontrar una nueva manera de cultivar alimentos en estas condiciones tan difíciles.
Aquí es donde entra la Schrenkiella parvula. Esta pequeña planta resistente, nativa del Lago Salado de Türkiye, prospera en condiciones salinas. Es una “halófita”, un tipo de planta que puede absorber y almacenar sal en sus células. La Schrenkiella parvula puede sobrevivir en entornos extremos, incluso cuando es expuesta a químicos como cromo, boro y litio, que matarían a la mayoría de las plantas. Esto la convierte en una excelente candidata para la agricultura espacial.
Pero no se trata solo de los componentes del regolito. Hay algo que no se puede experimentar en la Tierra: ¿son capaces estas plantas de crecer sin gravedad? Para averiguarlo, los científicos turcos dieron un paso audaz. El 18 de enero de 2024, el primer astronauta de Türkiye, Alper Gezeravci, llevó más de 50 semillas de Schrenkiella parvula a la Estación Espacial Internacional. Las semillas se plantaron en el laboratorio de la estación, simulando condiciones similares a las de la Luna o de Marte, para ver si la planta podría crecer en el espacio.
¡Y funcionó! Las semillas germinaron y sus primeras hojas brotaron. Los científicos estaban encantados. En ocho días, las plantas crecieron más allá de las expectativas. Pero había algo aún más fascinante sobre este experimento: la forma cómo crecieron sus raíces.
Verás, en la Tierra, las raíces de las plantas crecen hacia abajo porque la gravedad las guía en esa dirección. Pero en el espacio, las raíces crecieron en direcciones inesperadas debido a la falta de gravedad. A pesar de estos desafíos, la planta sobrevivió y pudo crecer.
Antes de regresar a la Tierra, Gezeravci cosechó las muestras cultivadas en el espacio y las conservó a menos 80 grados Celsius para el viaje de vuelta. Las muestras llegaron a la Universidad de Egeo el 29 de febrero.
Los científicos luego estudiaron cómo las plantas cultivadas en el espacio se comparan con las que crecen en la Tierra. Querían saber si la planta era tan fuerte en el espacio como lo es aquí en nuestro planeta. Si tiene éxito, esta planta podría resolver uno de los mayores desafíos de la colonización espacial: cómo cultivar alimentos en el espacio.
Özgür Uzilday plantea que la Schrenkiella parvula podría ser utilizada como un "cultivo de cobertura" sobre el regolito con el objetivo de preparar el suelo para otras plantas. La planta podría descomponer el regolito denso y tóxico en la Luna y en Marte, transformándolo en un suelo que pueda ser compatible con la vida. Incluso podría mejorar la capacidad del suelo para retener agua, lo cual es crucial para la agricultura espacial.
Entonces, ¿qué significa todo esto? Pues bien, esta pequeña planta de Türkiye podría ser nuestro primer paso hacia la preparación de otros planetas para la vida humana. Su capacidad para prosperar en condiciones extremas nos da esperanza para el futuro de la agricultura más allá de la Tierra.
Eso es todo por ahora, y gracias por escuchar. Hasta la próxima vez, mantente informado y sigue explorando. Esta narración fue adaptada de un artículo de Karya Naz Balkiz.