En el mundo actual, la belleza está en todas partes: en nuestros teléfonos, en nuestras redes y en cada plataforma que utilizamos. Las redes sociales y los influenciadores moldean la manera en que las niñas y adolescentes se ven a sí mismas.
Lo que puede empezar como un pasatiempo divertido de ver videos de belleza rápidamente puede convertirse en una obsesión con el cuidado de la piel. ¿Qué ocurre cuando las niñas y adolescentes buscan cumplir estándares de belleza diseñados para adultos?
En este episodio exploramos cómo la percepción de la belleza, impulsada por los videos virales y la cultura de los influenciadores, impacta la vida de las niñas preadolescentes.
Todo comenzó con un deseo inocente de verse bien. Scarlett, una niña de 11 años, adoraba observar a los influenciadores de belleza. Estaba cautivada por su piel radiante y los productos de cuidado de la piel aparentemente mágicos. Pronto, esa admiración se convirtió en una obsesión. Con solo 10 años, Scarlett ya estaba preocupada por las arrugas. Limpiadores, mascarillas, brumas, hidratantes: desarrolló toda una rutina.
Pero no pasó mucho tiempo antes de que las cosas salieran mal. Una noche, después de aplicarse sus productos habituales para el cuidado de la piel, la cara de Scarlett comenzó a arder y se llenó de ampollas. Los productos que había empezado a usar estaban diseñados para adultos y eran demasiado fuertes para su delicada y joven piel. Incluso meses después, Scarlett aún lidia con las consecuencias.
La historia de Scarlett no es la única. Es, de hecho, el reflejo de una tendencia que va en aumento. Niñas de tan solo ocho años están llegando a los consultorios de dermatólogos con quemaduras químicas y reacciones alérgicas. Tendencias virales como #SephoraKids, que traduce #SephoraNiños han alimentado esta obsesión, impulsando a las niñas a intentar rutinas de cuidado de la piel diseñadas para mujeres mucho mayores.
Pero el daño no es solo físico.
Los expertos advierten que también hay un impacto mental. Plataformas como TikTok e Instagram bombardean a las niñas y jóvenes con imágenes de la belleza perfecta, como piel sin imperfecciones y cabello liso. Estas imágenes y videos están mejorados con filtros y herramientas de edición. Pero las chicas jóvenes a veces no ven la realidad detrás de escena que crea esas apariencias perfectas.
La presión de igualar estas imágenes irreales puede tener efectos perjudiciales. Investigaciones extensas muestran que obsesionarse con la apariencia puede afectar el autoestima. A medida que las chicas jóvenes tratan de alcanzar estos estándares, comienzan a luchar con ansiedad, problemas de autoestima e incluso depresión a medida que crecen.
Para muchas, el cuidado de la piel ha dejado de ser solo eso y se ha convertido en una cuestión de pertenencia.
Mia, una chica de 14 años de Nueva York, no se preocupaba mucho por el cuidado de la piel. Pero cuando entró a octavo grado, todo cambió. De repente, las chicas de su escuela tenían una rutina de cuidado de la piel, y los influenciadores en las redes sociales le mostraban exactamente lo que necesitaba hacer para "encajar".
Como muchas otras, Mia ahorró el dinero semanal que sus padres le daban para comprar productos lujosos de cuidado de la piel. Compraba lo que veía que sus influenciadores favoritos usaban. Lo que inicialmente era una simple curiosidad se convirtió en un hábito costoso: brumas, sueros, hidratantes, todos de marcas de alta gama. Los productos que Mia compraba costaban más de lo que muchos adultos gastarían. El cuidado de la piel no era solo para verse bien: se convirtió en una forma de pertenecer. Los influenciadores hicieron que se sintiera personal, como si tener los mismos productos te hiciera parte de algo más grande.
Esta obsesión con el cuidado de la piel a una edad tan temprana forma parte de un problema mayor: las consecuencias de las redes sociales en los jóvenes. Mia, como muchas chicas de su edad, se sintió atraída por los videos de "Get Ready With Me", en los que influenciadores comparten casualmente sus rutinas con millones de seguidores. Estas figuras a menudo reciben pagos de marcas para que sus videos sean más cercanos con la audiencia, para que parezca que el consejo viene de un viejo amigo.
Lo que es preocupante es el nivel de detalle e instrucción que estas chicas jóvenes reciben de los tutoriales en línea. Se les enseña, paso a paso, cómo perfeccionar su apariencia a una edad en la que apenas están comenzando a formar su identidad. Los estudios muestran que una obsesión con la apariencia puede alimentar la ansiedad, la depresión y problemas de imagen corporal.
Mientras esta obsesión crece, la industria de la belleza capitaliza esta tendencia.
Las investigaciones muestran que los menores de 14 años ahora representan una gran parte de las ventas de productos para el cuidado de la piel, especialmente de los productos de alta gama. Pero muchos de los productos que están comprando contienen ingredientes agresivos, como retinol y exfoliantes químicos. Estos ingredientes pueden causar daños a largo plazo en la piel joven.
Los dermatólogos recomiendan que los niños se adhieran a lo básico: solo un limpiador suave, una crema hidratante y protector solar. Cualquier cosa más es demasiado para su piel en desarrollo. Puede causar daños como envejecimiento prematuro y cicatrices.
Sin embargo, a pesar de las advertencias sobre los peligros de los productos para adultos en la piel joven, muchas compañías continúan comercializándolos para esta audiencia vulnerable.
Algunos países, como Suecia, tienen leyes estrictas para proteger a los niños. Allí, los adolescentes necesitan el consentimiento de los padres para comprar productos antienvejecimiento. Pero en otros lugares como California, en Estados Unidos, los intentos por regular la venta de estos productos a niños menores de 13 años no han tenido éxito.
Para algunos padres, la batalla comienza en casa. Muchos se sorprenden cuando ven la cantidad de productos para el cuidado de la piel que sus hijos tienen. Algunos, como la madre de Mia, Sandra, toman medidas drásticas y tiran a la basura todos los productos en un intento por proteger la piel y el bienestar de su hijo.
Al principio, Mia estaba molesta. Con el tiempo, vio la sabiduría en la decisión de su madre. Con una rutina más simple, su piel es más saludable y, lo que es más importante, se siente más segura.
La madre de Scarlett, por otro lado, no fue consciente del daño hasta que era demasiado tarde. Todavía recuerda la noche en que el rostro de su hija se quemó con los productos destinados a perfeccionar su piel. Ver el dolor por el que pasó su hija la hizo más cautelosa. Hoy en día, se ha convertido en una defensora de advertencias más estrictas y mayores protecciones para los niños en el mercado de productos para el cuidado de la piel.
A medida que la industria de la belleza sigue creciendo y la influencia de las redes sociales se expande, está claro que se debe hacer más para proteger a las niñas y jóvenes de la presión por intentar cumplir con estándares de belleza imposibles. Historias como las de Mia y Scarlett se están volviendo cada vez más comunes. Y aunque algunos padres intervienen, los expertos coinciden en que el cambio debe venir desde arriba.
Debemos preguntarnos: ¿qué le estamos enseñando realmente a la próxima generación? ¿Se trata de la belleza o de aceptar quienes son?
Eso es todo por este episodio. ¡Gracias por escuchar, y, hasta la próxima vez, mantente saludable e informado! Este podcast fue una adaptación de un artículo en TRT World.