Rodeado de solemnidad y simbolismo, 133 cardenales dieron inicio este miércoles el ritual secreto y centenario para elegir al sucesor del papa Francisco, el futuro líder de la Iglesia católica. Es el cónclave más diverso geográficamente en los 2.000 años de historia de la Iglesia católica.
Todo comenzó por la mañana con la misa conocida como Pro eligendo pontífice en la Basílica de San Pedro, en presencia de cardenales de todo el mundo. El decano del Colegio Cardenalicio, el italiano Giovanni Battista Re, presidió la liturgia en la iglesia más grande del planeta, durante la cual los participantes pidieron guía divina para la elección.
En su homilía previa al inicio del cónclave, Re llamó a "mantener la unidad de la Iglesia" en un momento “difícil, complejo y convulso”. También pidió dejar de lado "cualquier consideración personal" ante una “decisión de gran importancia”.
Tras la misa, los cardenales regresaron durante unas horas a sus residencias antes de dar inicio formal al cónclave.
A las 4:30 p.m., hora local, los cardenales ingresaron a la Capilla Sixtina entonando la meditación conocida como la “Letanía de los Santos”, mientras los guardias suizos permanecían firmes en sus puestos. El canto invoca la ayuda de los santos para que los cardenales elijan al nuevo líder de la Iglesia católica, que cuenta con 1.400 millones de fieles.
De pie, ante la visión del cielo y el infierno pintada por Miguel Ángel en El Juicio Final, cada uno debía colocar su mano sobre el Evangelio y jurar que cumplirá con ese deber. Tras inclinarse ante el altar y tomar asiento, hicieron el juramento de confidencialidad.
Luego, finalmente, se cerraron las puertas de la capilla para dar inicio a las votaciones. Desde ese momento, todas las comunicaciones con el exterior quedan bloqueadas, mientras los cardenales se aíslan del mundo exterior para cumplir su misión sagrada y secreta.
Se espera que emitan su primer voto esa misma tarde. Si no se alcanza un acuerdo, saldrá humo negro de la chimenea de la Capilla Sixtina alrededor de las 19:00. Si hay acuerdo, el humo será blanco.
¿Qué pasa si no hay acuerdo?
En caso de humo negro, posteriormente los cardenales se retirarán a descansar y volverán a reunirse el jueves por la mañana, con la posibilidad de realizar hasta dos votaciones por la mañana y otras dos por la tarde, hasta lograr consenso.
La Constitución vaticana establece que, después de tres días de escrutinio y 12 votaciones, los cardenales deberán hacer una pausa de un día. A partir de ese momento, el proceso continuará con ciclos de siete votaciones seguidos de otro receso, hasta que se elija al nuevo papa. Si el cónclave se prolonga, es probable que la primera pausa ocurra el próximo domingo.
Aunque varios cardenales han señalado en los últimos días que esperan un cónclave breve, es probable que se necesiten varias rondas de votación para definir al sucesor del papa Francisco.