En lo profundo de la Amazonía ecuatoriana, la comunidad indígena achuar enfrenta una emergencia sanitaria devastadora: un brote de leptospirosis ha matado a ocho de sus niños y ha contagiado al menos a otras 46 personas, según informó el Ministerio de Salud Pública de Ecuador. Lejos de los hospitales, sin acceso a agua potable ni electricidad, las condiciones de vida en estas comunidades han dejado a sus habitantes vulnerables ante esta y otras enfermedad.
La leptospirosis es una infección zoonótica provocada por una bacteria, que suele estar en la orina o heces de animales infectados, y que se transmite al ser humano a través del contacto con agua o suelo contaminado. Causa desde dolor de cabeza, fiebre, vómitos o diarrea, hasta problemas respiratorios y daños renales o hepáticos. También la muerte.
Es “una situación muy difícil. Los niños están muriendo”, relata Benjamín Uwiti, un indígena achuar de la comunidad de Mashuim, quien perdió a su sobrino por no poder trasladarlo a tiempo a un centro médico. El hospital más cercano está a cuatro horas a pie, por lo que es prácticamente imposible trasladar a los enfermos, y las evacuaciones por avioneta se ven frecuentemente obstaculizadas por el mal clima.
El niño había sufrido “diarrea, vómito y dolor de estómago”: Además, Uwiti está preocupado por otros dos sobrinos, de 8 y 9 años, que presentan "fiebre fuerte" y "dolor en todo el cuerpo". Ambos están hospitalizados en la ciudad de Cuenca, a casi 200 kilómetros de Mashuim. Familiares y autoridades esperan los resultados de las pruebas para saber si los niños tienen leptospirosis.
Las autoridades evacuaron a este centro médico a los pacientes que presentaban los síntomas más graves, donde son tratados con un esquema mixto de antibióticos. "Nosotros estamos muy adentro en nuestro territorio", explica Uwiti, en referencia al aislamiento de Mashuim.
Su poblado está a 25 minutos en avioneta de Taisha, pero los centros médicos de la zona son demasiado precarios para tratar a los enfermos más graves.
Por su parte, el ministro de Salud, Édgar Lama, anunció este miércoles la instalación de un centro de vigilancia epidemiológica en la Amazonía. Previamente, el ministerio había identificado casos positivos de leptospirosis en el municipio rural de Taisha, en la provincia de Morona Santiago (sureste), donde viven indígenas achuar.
Las autoridades anunciaron que han desplegado brigadas médicas en nueve comunidades indígenas, aunque reconocen que en cuatro de ellas se concentra la mayoría de los casos. Asimismo, se han emitido recomendaciones básicas como hervir el agua y almacenarla “correctamente”, y evitar el contacto con agua estancada.
Pero el indígena Uwiti sigue muestra preocupado. "Como padres de familia también estamos pensando un poco más allá. ¿Cómo vamos a solucionar esta enfermedad?", se pregunta.
Crisis simultáneas de tos ferina y fiebre amarilla
Por si fuera poco, el brote de leptospirosis no es el único problema de salud que enfrenta Ecuador.
Por un lado, la nación vive una emergencia por fiebre amarilla, también en la Amazonía, en áreas fronterizas con Colombia y Perú. A pesar de que hay solo seis casos confirmados, en las zonas de frontera con Colombia han muerto ya 37 personas por esta enfermedad.
En este sentido, el gobierno ecuatoriano anunció que comprará vacunas, hará vigilancia epidemiológica y contratará nuevo personal de salud. Además, exigirá desde el 12 de mayo el certificado de vacunación contra la fiebre amarilla a los visitantes de Bolivia, Brasil, Colombia y Perú.
En cuento a la tos ferina, a situación llevó a las autoridades a declarar la alerta: 11 personas han muerto y hay 321 casos confirmados. Además, el Ministerio de Educación ha ordenado el uso obligatorio de mascarillas en las escuelas para profesores y estudiantes durante dos meses.
El aumento de casos de tosferina se registra principalmente en las provincias de Guayas, cuya capital es Guayaquil; Manabí, Santo Domingo de los Tsáchilas y Pichincha, cuya capital es Quito. La tosferina es una enfermedad bacteriana aguda que afecta a las vías respiratorias y es más grave en los lactantes y en los niños.

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