La Nakba, que significa “catástrofe” en árabe, no es un capítulo cerrado en la historia del pueblo palestino. 77 años después de que más de 750.000 personas fueran expulsadas de sus hogares tras la creación del estado de Israel en 1948, Gaza vuelve a ser escenario de una tragedia. En apenas dos días, justo mientras se conmemoraba el aniversario de aquel éxodo masivo, al menos 250 personas murieron por bombareos israelíes, según reportó el Ministerio de Salud de Gaza.
En una escalada considerada la más violenta de las últimas semanas, el director general del ministerio, Munir Al-Bursh, afirmó en un comunicado difundido por la cadena de noticias qatarí Al Jazeera que el territorio está siendo escenario de las masacres de limpieza étnica más atroces, y agregó que Tel Aviv está utilizando armas modernas y prohibidas a nivel internacional para atacar a la población civil.
Por su parte, el Canal 13 israelí informó que las fuerzas armadas se están preparando para ampliar el alcance de sus ataques en Gaza, mientras que el diario Maariv citó a una fuente del ejército que señaló que los bombardeos generalizados en distintas zonas de Gaza son “acciones preparatorias” para una futura operación.
Por otro lado, las negociaciones indirectas para un alto el fuego que se llevan a cabo en Doha siguen “sin avances”, según declaró a la agencia de noticias EFE Basem Naim, miembro de la oficina política del grupo de resistencia palestino Hamás.
Bombardeos contra hospitales
Los ataques han destruido infraestructuras esenciales para la supervivencia de la población. La Media Luna Roja Palestina denunció que su clínica, ubicada en Al Qarara, resultó seriamente dañada, lo que obligó a suspender sus actividades. La planta baja del centro, donde se atendía a heridos y desplazados, sufrió daños estructurales considerables.
El Hospital Europeo de Jan Yunis, uno de los principales del sur de Gaza, quedó fuera de servicio tras ser alcanzado por un ataque el miércoles. El colapso de este centro ha sobrecargado a los pocos hospitales que aún funcionan en otras partes del enclave. En el norte, también fueron atacadas las instalaciones del Hospital Indonesio de Beit Lahia y el Hospital Al Awda, en Yabalia, dos de los últimos refugios médicos de la zona.
“Hace una semana terminamos de reparar el hospital. Hoy debemos empezar de nuevo”, declaró Mohammed Salha, director en funciones del Hospital Al Awda, a la agencia EFE, enfatizando que los bombardeos dañaron techos, puertas y ventanas, y calificándolos como “devastadores”.
Por su parte, en el Hospital Indonesio, el doctor Iyas Al Bursh relató que fue sorprendido por los ataques mientras realizaba una cirugía. “Escuché una explosión muy fuerte cerca del hospital”, dijo. Las fuerzas israelíes atacaron dos viviendas cercanas sin previo aviso. Una de las explosiones afectó al área de cuidados intensivos. “El techo casi se derrumba sobre un niño ingresado”, denunció.
El bloqueo es “una herramienta de exterminio”
Desde el 2 de marzo, la entrada de ayuda humanitaria a Gaza permanece completamente bloqueada. Ni alimentos, ni medicinas, ni combustible —esencial para mantener en funcionamiento los generadores que abastecen a hospitales y servicios básicos— han logrado ingresar al territorio.
Este jueves, la organización Human Rights Watch (HRW) denunció que el bloqueo total impuesto por Israel desde marzo se ha transformado en una “herramienta de exterminio”.
“El bloqueo israelí ha dejado de ser una táctica militar para convertirse en un instrumento de exterminio”, afirmó Federico Borello, director ejecutivo interino de HRW, en un comunicado. Criticó también "los planes de arrinconar a los dos millones de habitantes de Gaza en un área aún más pequeña, haciendo inhabitable el resto del territorio".
También funcionarios de la ONU y representantes de organizaciones humanitarias han intensificado en las últimas semanas sus advertencias sobre el colapso humanitario. En Gaza, donde la ayuda internacional es vital para sus 2,4 millones de habitantes —en su mayoría personas desplazadas, muchas de ellas en múltiples ocasiones— la situación es cada vez más insostenible tras más de 19 meses de asedio y ataques.
Por su parte, la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de la ONU (OCHA) advirtió que cerca de 9.000 camiones con suministros esenciales permanecen varados, a la espera de autorización para ingresar a Gaza, sin que Israel haya permitido aún su entrada.
Un genocidio en curso
Desde el 7 de octubre de 2023, Israel ha lanzado brutales ataques sobre el enclave. La ofensiva, reanudada el 18 de marzo tras la ruptura de una tregua de dos meses, ha dejado un saldo devastador: más de 53.010 palestinos muertos, en su mayoría mujeres y niños, según el Ministerio de Salud de Gaza y organismos humanitarios internacionales. A esto se suman más de 173.000 personas entre muertos y heridos, y al menos 11.000 desaparecidos.
En este contexto, la comunidad internacional ha comenzado a actuar en el ámbito legal. En noviembre de 2024, la Corte Penal Internacional emitió órdenes de arresto contra el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, y su entonces ministro de Defensa Yoav Gallant, por presuntos crímenes de guerra y de lesa humanidad. Paralelamente, la Corte Internacional de Justicia aceptó la denuncia por genocidio presentada por Sudáfrica, y dictó medidas cautelares que obligan a Israel a prevenir actos genocidas y permitir el acceso de asistencia humanitaria. Hasta el momento, Israel no ha cumplido con dichas resoluciones.