Los colonos israelíes ilegales han llevado a cabo más de 5.350 actos de violencia contra palestinos y sus propiedades en la Cisjordania ocupada durante los últimos diez años, según un informe publicado por la Oficina Nacional de Defensa de la Tierra y Resistencia a los Asentamientos, organismo perteneciente a la Organización para la Liberación de Palestina (OLP).
El documento, difundido el sábado, detalla una amplia gama de violaciones cometidas por colonos, incluyendo lanzamientos de piedras contra civiles, viviendas y vehículos palestinos, así como ataques incendiarios dirigidos a casas, negocios, granjas y otras propiedades privadas.
También se registraron destrucción de oliveros, sabotajes a infraestructuras hídricas, robo y matanza de ganado y casos de desplazamiento forzado mediante distintos métodos.
El informe subraya un notable aumento de la violencia armada por parte de colonos desde el 7 de octubre de 2023, coincidiendo con el inicio del ataque israelí en Gaza. “El conflicto contra Gaza ha brindado una oportunidad a los colonos ilegales para avanzar en su agenda de desplazamiento forzado de palestinos de sus aldeas”, señala la oficina.
Asimismo, el documento incluye testimonios de soldados israelíes que denuncian la participación activa de colonos en la imposición del control militar sobre los palestinos, llegando incluso a emitir órdenes a soldados y a influir en la toma de decisiones dentro del ejército israelí.
La violencia se ha intensificado en los últimos meses. Solo en febrero, las fuerzas israelíes realizaron 1.475 operaciones militares contra palestinos, mientras que los colonos perpetraron 230 agresiones adicionales, de acuerdo con un informe de la Comisión Palestina de Colonización y Resistencia al Muro.
Las zonas más afectadas fueron Nablus (300 incidentes), Hebrón (267) y Ramala (263), ubicadas en el norte, sur y centro de la Cisjordania ocupada, respectivamente.
Desde el 21 de enero, el ejército israelí mantiene una ofensiva militar en el norte de Cisjordania ocupada, que ha provocado la muerte de más de 70 palestinos y el desplazamiento de miles.
La escalada se agudizó con el reinicio de bombardeos sobre Gaza, el martes pasado, que dejó más de 700 muertos, cientos de heridos y rompió el alto el fuego acordado con Hamás en enero.
En total, al menos 937 palestinos han sido asesinados y más de 7.000 heridos en Cisjordania ocupada desde el inicio del asalto a Gaza, según el Ministerio de Salud palestino.
Pastoreo como herramiento de ocupación
Además de la violencia directa, los colonos han empleado tácticas de ocupación territorial gradual. Según el informe “El mal samaritano”, elaborado por las ONG israelíes Paz Ahora y Kerem Navot, los colonos han tomado control del 14 % de la Cisjordania ocupada en los últimos años mediante el establecimiento de puestos de pastoreo. En los últimos tres años, el 70 % de las tierras ocupadas por colonos fueron apropiadas “bajo el pretexto de actividades de pastoreo”.
De acuerdo con las ONG, esta estrategia permite a los colonos instalarse en tierras agrícolas palestinas, restringir progresivamente el acceso de las comunidades locales y expulsarlas mediante acoso, intimidación y violencia, todo ello con el respaldo de las autoridades israelíes y del ejército.
“Las condiciones de vida son extremadamente difíciles, pero la violencia de los colonos es ahora la principal razón por la que la gente abandona sus hogares; no tienen cómo protegerse”, afirmó Allegra Pacheco, directora del Consorcio de Protección de Cisjordania ocupada, una coalición de organizaciones internacionales. “La gente teme por sus familias y su seguridad”, agregó.
Según cifras de la ONU, unos 490.000 colonos israelíes viven en asentamientos y puestos avanzados considerados ilegales por el derecho internacional, mientras que en Cisjordania ocupada residen alrededor de tres millones de palestinos.
La Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de la ONU (OCHA) informó que, entre el 11 y el 17 de marzo, colonos israelíes hirieron a 23 palestinos, principalmente en comunidades beduinas y de pastoreo.
En ese mismo periodo, se registraron dos desplazamientos forzosos de familias, así como la destrucción de dos viviendas, ocho vehículos y 180 árboles y plantones de propiedad palestina.
Desde 2022, más de 60 comunidades palestinas de pastores han sido completamente expulsadas de sus tierras utilizando estas tácticas, especialmente en el Área C, que, según los Acuerdos de Oslo, permanece bajo control total israelí.
En los últimos meses, figuras de la ultraderecha israelí, incluidos miembros del gobierno del primer ministro Benjamín Netanyahu, han propuesto aprovechar una posible victoria republicana en EE. UU. en 2025, para anexar parcial o totalmente Cisjordania ocupada.
“El desplazamiento sistemático y violento de palestinos de cientos de miles de dunams en los últimos años ha sentado sin duda las bases para facilitar tales ambiciones”, concluye el informe, utilizando el dunam como medida tradicional de superficie equivalente a 1.000 metros cuadrados.
En julio pasado, la Corte Internacional de Justicia declaró ilegal la ocupación prolongada de los territorios palestinos por parte de Israel, y exigió la evacuación de todos los asentamientos en la Cisjordania ocupada y Jerusalén Este.